Si bien la vida viene acompañada de una buena cantidad de incertidumbres, hay una verdad universal: una realidad innegable de nuestra humanidad: pase lo que pase, debemos progresar. Debemos esforzarnos para ser mejores que el día anterior. Para los corredores esto es particularmente cierto, y una de las mayores pruebas para un corredor es participar y terminar un maratón. Sin embargo, hay algo común que ocurre después de terminar un maratón, ya sea el primero o el décimo, y se llama tristeza del maratón.
Prepararse para un maratón requiere una enorme cantidad de disciplina. Requiere un nivel de dedicación no sólo a los regímenes de ejercicio y la dieta, sino también a encontrar qué equipo permite el máximo rendimiento además de la capacidad de resistir los placeres simples de la vida como los alimentos grasosos y salados o dormir hasta tarde en lugar de golpear el pavimento. Correr un maratón significa que la vida gira en torno a preparar el cuerpo y la mente para recorrer 42 kilómetros. Una vez terminado, es fácil preguntarse qué sigue.
Por un lado, la recuperación debería ser lo siguiente. El cuerpo habrá soportado un gran estrés y, si bien ese impulso de ser mejor que ayer seguirá presente, una de las cosas más importantes que se pueden hacer cuando comienza la tristeza del maratón es descansar, relajarse y disfrutar del logro. Incluso si no ganaste ni terminaste donde querías, aun así hiciste algo que la mayoría de la gente no quiere o no puede hacer. Consuélate con eso y disfruta de los frutos de tu trabajo.
El momento justo después de un maratón es una gran oportunidad para ponerse al día con todas las cosas de la vida cotidiana que quizás haya descuidado para poder entrenar. Tal vez te aislaste de amigos y familiares para mantenerte en la zona. Después del maratón es el momento perfecto para pasar tiempo de calidad con aquellas personas que se preguntan dónde estuviste durante los últimos meses.
Además, si tienes algún placer culpable (tal vez una debilidad por el pastel), después del maratón es el momento óptimo para disfrutar de las cosas que tu disciplina previa al maratón te negó. Acabas de correr un maratón, así que mímate como mejor te parezca. Quizás no ganaste, pero terminaste y eso vale la pena recompensarte, así que hazlo.
Finalmente, el último truco para afrontar la tristeza del maratón es elegir el siguiente desafío. Con toda la reflexión y la relajación fuera del camino, finalmente podrás ver lo que sigue. Ha disfrutado de tiempo de calidad con amigos y familiares, ha disfrutado “hacer trampa” en su dieta y ahora que está renovado es hora de encontrar lo siguiente en lo que concentrarse. Después de todo, siempre habrá esa parte interna que te empujará a ser mejor y cuanto más concentrado esté, más clara será la respuesta a "¿Qué sigue?". será.